El dilema del divorcio
AmigasamorbásicoEconomíaHombresMujerespáginas de contactoparejas 21 marzo, 2014 veronica 0
Tengo una amiga que está viviendo una relación de pareja insegura. A pesar de que es feliz por el momento, teme que su chico se esfume de su vida de un momento a otro y pueda caer en un estado lamentable de decepción.
Su chico, al que conoció en una página de contactos, es un guapo cuarentón que practica deportes, estudió una buena carrera y mantiene un trabajo bien pagado, se relaciona con un grupo de amigos que vienen juntos desde la adolescencia y mantiene una independencia envidiable, lograda luego de un divorcio. Por lo tanto, tiene experiencia para la vida en pareja. A pesar de tantas virtudes, algunos inconvenientes hacen que mi amiga se sienta insegura.
Como también ella está liberada, luego de varios años, de un matrimonio asfixiante, quiere retomar su vida donde la truncó hace tiempo con una bonita relación que termine en compromiso formal. Según piensa, ha perdido mucho tiempo con su ex carente de afectos y con el que no hubo paseos, ni buen sexo, ni relaciones sociales. Solo trabajo y casa, el temible asesino de los matrimonios. Ahora piensa que ha encontrado su verdadera media naranja y no la quiere dejar escapar.
El problema, a todas luces, es evidente. Él quiere huir de un nuevo compromiso que le convierta la vida en un quebradero de cabeza, ha dejado un hijo de su anterior pareja, al amparo materno como mismo ha dejado su confort y su sueldo, el que tiene que compartir con su ex y con el hijo. Apenas ha tenido tiempo de asimilar su fracaso. Ella, por su parte, también ha dejado la casa y su hijo, todo esto quedó al amparo de su pareja anterior. Pero mientras que a él le pesa enormemente el haber perdido su seguridad hogareña y económica, a ella no le interesa en lo más mínimo. Está convencida de que al perder esa seguridad, ganó en libertad, en autoestima y en calidad de vida, la que no mide por los bienes gananciales.
El final de su nueva relación lo veo cercano, salió de un matrimonio con problemas y ahora ha caído en las garras de otro, solo que está tan ciega que no lo percibe y se hunde en una marisma de problemas, cuando lo que debiera es disfrutar sin mediar el mañana y aprovechar el presente lo mejor posible.
El caso de mi amiga no es el único. Las mujeres no pensamos mucho en lo que dejamos atrás con tal de conquistar una vida nueva y libre de obstáculos para la felicidad. Ellos, aún se resisten a ver truncadas sus ganancias. Entonces, me pregunto, ¿quiénes son más interesados, ellos o nosotras?
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