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Las artes hechiceras milenarias tratan de preparados con cabellos, pedazos de ropa, brebajes y otras artimañas para que una pareja abandone su interés por...

Las artes hechiceras milenarias tratan de preparados con cabellos, pedazos de ropa, brebajes y otras artimañas para que una pareja abandone su interés por una tercera que se ha interpuesto en el camino.

Sin necesidad de ser brujas, muchas mujeres acuden a consultas espirituales o algo parecido, con el fin de resolver su problema de pareja. También suman por miles las visitas a páginas de internet que ofrecen consejos para el rescate de sus parejas y también, por feo que se vea, para atacar a la atrevida que se acuesta con su chico.

Yo viví la experiencia del nombre de mi enemiga escrito en un papel. Lo coloqué en la nevera con un trozo de hielo, ¡congelado por meses!,  y practiqué esa magia que a veces resultó efectiva y otras no, ¿sería que no escribí bien el nombre?

Resulte o no, de nada vale rociar la cama con agua de lluvia, expuesta al sereno de la luna llena durante tres noches, para que se aleje esa tercera persona de tu relación,  tampoco sirve el hilo rojo colocado estratégicamente en el bolsillo de tu pareja para que se olvide el visitar a su amante. ¿Por qué no funciona a veces esta magia? Sencillo, porque si no actúas tú también con el arte de la seducción, se alejará de tu rival  pero poco después buscará una nueva.

Aplicar magia para que tu pareja infiel pierda el deseo por su amante, es, para muchas de nosotros, necesario. Es la manera de  sentirnos seguras y evitar exponernos a ser dejados por otra persona, así de fácil. Según los códigos, si es el hombre el infiel, el pene pierde toda su potencia y no llega a la erección, ¡muy bueno!, así la otra lo dejará por impotente. Claro, esto es si la magia funciona. Lo difícil de saber es si ocurrirá también con nosotros, al tener sexo explosivo con nuestra pareja no levanta su libido y lo pasamos fatal.

Ante todas estas explicaciones, solo me queda un consejo como alternativa: ser más fogosas nosotras en el sexo, mucho más que “la otra”. Y sobre todo evitar que entre en Fuego de Vida. Si un hombre tiene una amante mientras me tiene a mí como pareja, debo analizar bien el problema, ¿acaso seré yo la le esté abriendo la puerta a la infidelidad?

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